viernes, 24 de mayo de 2013

Cuestións musicais.

          A ver señores e señoras, damas e cabaleiros, e demáis fauna que me esté a ler, vouvos dicir unha cousa clariña que creo que a xente non entende: coñecer e escoitar todas as cancións de determinados cantantes ou dun ou varios grupos non é saber de Música. E fixádevos que digo Música, con maiúscula, que para min non é o mesmo que a música con minúsculas ou que o ruido.

        Para comezar, quero aclarar que unha persoa sabe de música cando dedicou tempo da súa vida a estudala, comprendela e escoitala. Esto implica que polo menos podes ler unha partitura con soltura en clave de sol (xa non digo de fa), que teñas certo control sobre algún instrumento e que polo menos teñas un mínimo de oído. Ademais, "saber de música" conleva a que unha persoa comprenda minimante as relación musicais que se establecen en toda composición, entendendo por suposto os conceptos de tonalidade, modalidade, escala, armonía, melodía, notas, sostenidos, bemoles ou acorde. Esto é para min saber de Música.

         Por outra banda hai casos especiais nos que unha persoa non ten nin idea de teoría musical nin sabe ler unha partitura, pero o compensan cun oído absoluto estupendo. Obviamente, se saben dicir que hai un violinista que está tocando ca postura mal posta e desafinando entre dez nunha orquesta, pois claro está que sí sabe de Música. As obras que estén dentro de esta categoría serían as do canon musical superior, que vai dende a Antiguedade ata digamos as novas correntes musicais do século XX. Son todas obras complexas (máis dificiles ou menos) que son elaboradas por xente con estudos musicais, que sabe de Música.

        As persoas que saben de Música con maiúscula, obviamente tamén saben de música con minúscula ou de ruido. Con esto quero dicir que se unha persoa escoita, recoñece ou é capaz de analizar unha fuga de J.S. Bach, tamén é capaz de comprender unha canción de por exemplo de Onde Direction (por por algún exemplo actual), e comprende que hai un salto de nivel bastante considerable. A estas composición lixeiras imos chamarlle música en minúscula, que englobaría pois as canción pop, rock e outros xéneros varios actuais. Dentro de esta categoría claro está, hai diferentes niveis. Calqueira persoa que saiba de Música poderá comprobar que un tema de por exemplo, Metallica terá unha complexidade maior que un do Sueño de Morfeo. É dicir, toda persoa con mínimos coñecementos musicais sabe distinguir que é Música e que é música, e dentro desta, cal é a máis decente ou cal é a menos, sen confundir nunca gustos con teoría musical, que é o que non entende moita xente. Ademais, dentro da categoría a que eu lle chamo ruido están as cancións que nin sequera son cancións musicalmente falando, este tipo de música actual que agora está de moda nas discotecas, que ten dous acordes (cando os ten) e catro notas mal enlazadas (cando as teñen). Vou por de exemplo ao señor Pitbull, e ao regateon este (do que teño que disculparme por non saber nin cómo se escribe). Eso sinceramente, a min derríteme o cerebro se estou máis de un cuarto de hora escoitándoa.

          Cal é o problema entón? Pois veredes, o problema é que a xente é unha inculta por normativa, e que non ten claro estas cuestións. A maioría das persoas mesturan gustos con coñecementos, é dicir, a unha persoa que sabe de Música lle pode gustar escoitar "ruido", eso xa queda o gusto de cada uno, aínda que o normal sexa que a xente que saiba de Música, escoite Música ou música complexa. Despois están estas persoas que van de entendidas pola vida porque coñecen a todos os santos grupos dun determinados xénero musical e non conectan o cerebro cada vez que falan. Pero claro, como a xente é unha inculta,  faille caso e asinte a todo o que lle din, pero logo topa cunha persoa entendida e queda en ridículo, com ten que ser. E logo o que tampouco pode ser é que persoa que levan anos estudandoM´sica e traballando duro, sendo realmente vos estén mortos de asco porque non teñan traballo, e que logo saia Pitbull dicindo "dale" e "un, dos, tres, cuatro" e xa sexa o millor do mundo. Ou como os nenés estes que se creen que por ter a unha marea de nenas tolas perdidas por fans, poden insultar, decir e facer o que lles pete. Sinceramente, é unha tristeza todo esto. Só vos pido un pouco máis de sentidiño, escoitade máis Música e máis música complexa, e non tanto ruido, por favor.

         Deixovos aiquí un par de enlaces de grandes obras da Música:
http://www.youtube.com/watch?v=K8-IrXDAm8I
http://www.youtube.com/watch?v=Tu30o-oPRGQ
http://www.youtube.com/watch?v=UUQIIw_JXhY
http://www.youtube.com/watch?v=NJ-TBeR_4Ik
http://www.youtube.com/watch?v=fRgxY8VUOz8
        E algo de música lixeira pero complexa :)
http://www.youtube.com/watch?v=y8gN8P5XJtw
http://www.youtube.com/watch?v=Mlahvvymkxc
http://www.youtube.com/watch?v=Kw2Ic_2XdVQ
http://www.youtube.com/watch?v=CRNn5nR2Yco

      

jueves, 2 de mayo de 2013

El canto de las olas, continuación.

      La madre no podía creer que su niña hubiese desaparecido una tarde entera; ella era muy responsable, y nunca dejaba sus tareas a medias. Su padre Darío, le dió una bofetada, como castigo por la preocupación que le había hecho pasar a toda la familia, pues se contaban historias horribles de niños que se habían adentrado en el bosque persiguiendo a algún animalillo y que jamás habían vuelto. Halia no replicó, sabía que se lo merecía. Después de la cena, se fue a su pequeño cuarto avergonzada. Intentanto conciliar el sueño, no dejaba de pensar en lo extraño que era todo ahora: los cambios físicos, sus sueños, aquellas extrañas sensaciones... pero sobre todo se preguntaba por qué su madre llevaba un colgante igual al símbolo de aquella fortificación abandonada. Sumida en estos pensamientos, cayó rendida al sueño.

    Cuando la luna estaba en lo alto del cielo, y su tenue luz se colaba por la maltrecha puerta, Halia se despertó sobresaltada. No había sido una pesadilla lo que le había desvelado, sino una sensación. Mientras se calmaba, un susurro casi imperceptible llegó a sus oídos. Una voz que no era ni femenina ni masculina clamaba su nombre: "Halia,Halia...Halia,Halia". Semejaba que la voz iba y venía, como si lo recitasen a dos tiempos. A Halia le recordaba a algo, algo relacionado con el agua y que ella conocía, pero no se acordaba. No estaba asustada tampoco, sólo inquieta. Se levantó de su camastro y salió al exterior. Como su pequeño cuarto daba al jardín, sus padres no se enterarían de nada. Miró a la luna y se dejó llevar por aquella voz que la llamaba, y que ahora parecía ir acompañada del rumor de un río. Casi sin darse cuenta, estaba otra vez ante la abandonada edificación. Sin embargo, ahora le parecía todo mucho más bonito, más fantástico, más suyo. Se fijó en que el trisquel dentro del triángulo brillaba con un ligero tono azul plata, que no era causado por la luz lunar. Las voces iban adquiriendo más volumen. Halia escuchó atentamente como ahora el sonido del agua en movimiento se hacía más audible, junto con las voces. La bella joven se percató de que los dulces susurros venían del fondo de la tétrica escalera que se hundía en las profundidades de la tierra. Para poner el pie en el primer escalón se agarró al dintel de la entrada. Al tocar el dibujo, un intenso calambrazo se extendió por el cuerpo de la muchacha, para su sorpresa. Se retorció en el suelo de dolor durante unos minutos, pensando que iba a perder la consciencia. Después de esos instantes, Halia sólo seguía notando un ligero cosquilleo en el medio de la frente. Llevándose la mano derecha a esa zona, sintió un cierto calor. Un ligero surco en su piel repetía las forma del trisquel dentro del triángulo invertido, pero en menor tamaño. La luz azul que iluminaba ahora no venía del dibujo de la puerta, que se había apagado, sino de su frente.
        Completamente anonadada, Halia no pudo resistir la tentación de bajar los escalones. La luz de su marca alumbraba ligeramente el tortuoso camino. Cuando llegó al fondo, sus ojos no podían dar crédito a lo que veía. Era el lugar más hermoso que nunca hubiera visto. No era una fortificación, era un gran templo majestuoso. Enormes columnas de piedra se levantaban muchos metros por encima de su cabeza. Había hasta tres filas, La más cercanas eran retorcidas, y mostraban dibujos de peces y otras criaturas que ella desconocía, que parecían contar una historia. Halia se dejó guiar por el sonido del agua, que la llamaba, aunque las voces hubiesen desaparecido. Guiada por el suave sonido, recorrió el enorme espacio rodeado por columnas, hasta llegar al fondo, donde se alzaba un altar sencillo, pero elegante, cubierto de enredaderas. Detrás habían una pared con el símbolo de su frente, sin pensárselo dos veces, quizás por intuición, Halia acercó su cabeza al símbolo. Para su sorpresa, el muro empezó a desplazarse, dejando ver de donde procedía el sonido del agua. Una gran cascada bajaba por las piedras a lo lejos, entre las pulidas rocas que se podían divisar. El agua desembocaba en una especie de pequeña laguna de aguas brillantes. Todo estaba rodeado por una exhuberante vejetación, y bañada por la luz de la luna. Había una pequeña rampa de piedra que bajaba al agua, con tres estatuas de seres que ella ni había imaginado a cada lado. Halia no pudo evitarlo, bajó presta hasta el agua. A media que se iba acercando, el agua se iba agitando. Ella se despojó de sus gastadas botas, y metió los pies en el agua. Al instante, algo empezó a emerger del agua. El torso de una figura en forma de serpiente gigante empezó a tomar forma. Parecía estar hecha de agua. Unos ojos azules claros, casi plateados, la miraron con devoción y alegría. Una voz potente atronó en el lugar, asustando a Halia.
 -Bienvenida a casa, Hija del Mar. Bienvenida al Gran Templo.
        Un fogonazo de luz brillante desconcertó a la joven todavía más. Todo a su alrededor empezó a girar, y la muchacha cayó al suelo perdiendo la consciencia.
       Al despertar, la Hija del Mar estaba en su camastro, y el sol empezaba a entrar por su puerta abierta de par en par.